Que yo sé que en esto del amor nunca
es nada cierto, ni cuanto menos cuerdo. Que yo sé que cuando
empiezas a perderlo todo por un par de besos suyos no hay nada sano,
ni bueno. Que temes hacer cualquier cosa por el miedo a dar pasos en
falso, pero que al mismo tiempo, al no darlos, te consumes tan
lentamente que escuece. Sé que esto va de sonrisas, de miradas, de
sueños a lo lejos, que se compone de ilusiones, felicidad o
desdicha, de inseguridades y de miedo, que te desgasta con vaivenes
de ráfagas de aire amargo y sabores dulces. Que no hay verdad mas
verdadera que la de tu comisura derecha de tus labios carmesí
rogando por un beso ahogado. Y que todo acaba, también lo bueno. Y
qué triste cuando acaba y se trata de amor, de pasiones ahora
muertas, de promesas sin cumplir, proyectos sin construir, de
historias a medias. Que yo sé lo que se padece, conozco todos los
recovecos de esta enfermedad sin mayor cura que la locura del tiempo
y que a veces, ni eso. Pero tambien sé muy bien que mientras la
llama dura no hay felicidad mas pura que esta que te envuelve
embarcandote dia tras dia en una nueva aventura y de estas no puedo
hablar ya que todos sabemos del amor y de su tortura pero solo los
que han amado sabran que nunca terminaran de conocer todos los
misterios que su buena parte, prometo, asegura.